domingo, 18 de septiembre de 2011

The Mothman (El hombre polilla)



The Mothman es una criatura inexplicable con grandes ojos rojos y alas grandes, como una polilla y ha sido visto justo antes las catástrofes más importantes del mundo.
La criatura a menudo parece no tener la cabeza, con los ojos rojos establecidos en su pecho. Se ha fotografiado y visto por testigos oculares y ha sido perseguido y acosado a un número de personas. El primer avistamiento de Mothman fue en noviembre de 1966 en Point Pleasant, Virginia. Dos parejas de recién casados viajaban por la Ruta 62, cuando vieron los ojos rojos y algo volar. Decenas de avistamientos fueron reportados en la zona poco después.

Un año después un desastre golpeó la ciudad de Point Pleasant, cuando se derrumbó el puente de plata y 46 personas murieron en el accidente. The Mothman fue visto en el puente antes del derrumbe.
María Fernanda Sanabria García

MITOS:TRITON

El dios del mar Tritón era hijo de Poseidón, el regidor divino de los mares, y de Anfritrite. Se le representaba habitualmente como una sirena masculina, una criatura con la parte superior del cuerpo de un hombre sobre una o incluso dos largas colas de pez. Sus atributos incluían un tridente y un largo y curvado cuerno hecho de concha. Tritón tenía el poder de apaciguar las aguas turbulentas soplando a través de su cuerno de coócha. Según algunas versiones, había gran cantidad de tritones y todos formaban parte del séquito de Poseidón.
Tritón fue de gran ayuda en la expedición de los Argonautas, los héroes que liderados por Jasón acudieron a bordo del Argo a buscar el Vellocino de Oro (ver Los Argonautas). En un momento del viaje, el barco quedó encerrado en las aguas del lago Tritonis, en Libia, del cual no podían encontrar salida al mar, historia que cuenta Apolonio de Rodas en su obra Argonáutica (siglo III a.C.)
Orfeo sugirió que debían usar el gran tridente que Apolo le había regalado a Jasón y ofrecérselo a los dioses de la tierra tan pronto como hubieron cogido el tridente apareció ante ellos el gran dios Tritón adoptando el aspecto de un hombre joven y les habló. Tomó un poco de tierra y la alzó dando la bienvenida diciendo: "Aceptad este regalo, amigos. Aquí y ahora no tengo a nadie mejor a quien recibir sino a extranjeros como vosotros. Si os habéis perdido, como muchos otros viajeros en tierras extrañas, y queréis cruzar el mar de Libia, yo seré vuestro guía. Mi padre Poseidón me ha enseñado todos sus secretos y yo soy el rey de su litoral. Quizá hayáis oído hablar de mí aunque vengáis de tan lejos". Eufemo, agradecido, extendió su mano para recibir el presente y contestó: "Mi señor, si algo sabes sobre el mar de Minos y sobre el Peloponeso, te rogamos que nos lo digas. Lejos de tener intención de llegar hasta aquí, hemos sido arrastrados a los bordes de tu tierra por una fuerte galerna. Perdimos el rumbo de nuestra embarcación y llegamos a esta laguna. Ahora no tenemos ni idea de cómo salir y llegar hasta la tierra de Pelops".
Tritón, extendiendo su mano, señaló el mar distante y la boca profunda del lago. Al mismo tiempo explicó: "Esa es la salida al mar, las aguas tranquilas y oscuras marcan el punto más profundo, pero a cada lado hay playas en los que varar; desde aquí podéis ver la espuma. Lejos, en la distancia entre ellas hay una estrechura. Una vez que estéis en mar abierto, mantened la tierra a vuestra derecha y abrazad la costa hacia el norte. Cuando se acerque a vosotros y se aparte de nuevo tendréis que salir por el punto hacia donde se proyecta y seguir navegando recto". Animados por el dios, los Argonautas siguieron su rumbo. Mientras tanto, Tritón tomó el pesado tridente y se sumergió en las aguas. Todos pudieron verle descender y, aun así, en un momento había desaparecido, cerca de ellos, con su tridente. ]asón sacrificó una oveja en la proa con las siguientes palabras: "Dios del mar, tú que apareces ante nosotros en las orillas de estas aguas, sé gentil y concédenos el regreso feliz que deseamos".
Mientras rezaba cortó el cuello de su víctima y la arrojó al agua. El dios surgió de nuevo de las profundidades ya no transformado sino en su verdadera forma, y, tomando la proa de la embarcación, los condujo hacia mar abierto. El cuerpo del dios, por delante y por detrás, desde la corona de su cabeza hasta su cintura y de los pies a la cintura, era como el de los otros inmortales, aunque desde ahí no era más que como el de un monstruo con dos largas colas terminadas en un par de aletas con forma de luna creciente. Con las aletas removía el agua de la superficie y arrastró al Argo a mar abierto, donde lo lanzó en su ruta. Después se sumergió en el abismo y los Argonautas gritaron de maravilla ante una visión tan pavorosa e inspiradora» (Argonaútica, Libro IV).
En otras historias, Tritón -o los tritones- también tenían otro lado menos benevolente. Como si fuesen "sátiras del mar", los tritones tenían la mala costumbre de molestar a las mujeres que se bañasen en el mar y a los hombres jóvenes. En cierta ocasión, cuando Tritón corneó a un grupo de seguidoras del dios del vino y la vegetación Dioniso en Boecia, hubo una pelea entre los dos dioses, que terminó en una derrota para el dios marino. El gran héroe Hércules también dijo que en una ocasión tuvo que luchar con un monstruo marino llamado Tritón.

LA PROCESION DE LAS ANIMAS

Doña Manuelita era una santa mujer; sumisa a su esposo don Camilo Briceño, bastante mayor para ella, tenía el puesto de Guarda nocturno en la antigua casa de Aduana y Agencia de Barcos "Ansaldo y Co". No tenían hijos pero aún así eran muy felices.
Sin embargo esta felicidad vino a menos, y el asunto casi le cuesta la vida a doña Manuelita, que se vio en alitas de cucaracha para que no se fuera al hueco. Y el motivo lo ocacionó la extraña y disparatada ocurrencia que el matrimonio tuvo de variar los métodos de vida que normalmente tienen los cristianos en todo el mundo.
Figúrese -nos decía la abuelita- que como el trabajo del marido era solo de noche, resolvieron variar los tiempos de comida y también los demás menesteres de un hogar corriente. De esta suerte, a las cinco de la tarde se levantaban de la cama, tomaban su desayuno, y en tanto don Camilo se iba a su trabajo, su mujer a sus quehaceres domésticos cotidianos, que antes solía hacer de día.
La gente gozaba con ellos, pero como eran tan buenos, nadie se metía a molestarlos y hay la iban pasando, ni envidiosos ni envidiados como dijo el poeta.
A las once de la noche le llevaba a su marido el almuerzo, a las tres de la madrugada un cafecito caliente con chilasquilas bien fritas, a las seis lo esperaba a comer y las ocho de la mañana se acostaban a dormir.
Así pasaron algunos meses y cuando ya se iba haciendo un hábito en ellos ese cambio en sus costumbres, he aquí que vino a ocurrirles lo siguiente:
Estaba doña Manuelita como a las doce de la noche un poco apurada en el lavado, restregando un poco de ropa en el patio, cuando oyó en dirección de la calle un rumor de gente rezando.
Extrañada y curiosa, salió a la puerta en el preciso momento que pasaba frente a su casa una procesión de gentes enlutadas. Iban rezando, llevando una cruz pequeña en una mano y en la otra una vela de esperma o de semillas de higuerilla, que eran las candelas de antaño.
Al cerrar su puerta una de aquellas personas le dijo tome, y le entregó una candelita.
Como estaba tan ocupada, distraídamente puso la vela por ahí un momento en un rinconcito atrás del baúl y se fue a hacer sus quehaceres. Dos días después volvió a ocurrir lo mismo y también una tercera y cuarta vez, y como en la primera ocasión, le entregaban la velita y ella la guardaba en el mismo rincón.
Un día amaneció, o mejor dicho atardeció enferma doña Manuelita y su marido la llevó al médico, pero como pasaba el tiempo y las medicinas no le hacían bien y estando sumamente delicada de salud, por consejo de las amistades don Camilo la llevó al sacerdote para que la confesara "por si acaso".
En realidad doña Manuelita estaba muy malita y el señor Cura creyó más conveniente suministrarle los Santos Oleos a fin de que en su ausencia no fuera a morir en pecado mortal.
Como el aposento estaba un poco oscuro pidió a una vecina que estaba ahí una vela, pero no encontrándose una a mano, le preguntaron a la enferma por el lugar donde solía guardarlas corrientemente, a lo cual ella señaló con el dedo el sitio donde tenía las que le habían regalado anteriormente en las procesiones.
La vecina hizo lo que se le ordenó, pero no encontró nada.
Aquí solo hay unos "huesitos" dijo y la ropa recién lavada de la señora.
Extrañado el señor Cura tomó en sus manos uno de aquellos huesos y al comprobar que eran humanos, se horrorizó y tirándolo a un lado hizo la señal de la cruz y se santiguo.
Sin poder explicarse aquello, el sacerdote procedió de inmediato a confesar a la enferma revelando ésta la rara procedencia de esas piezas humanas. Explicando luego su caso.
Manuela, le dijo, no puedo absolverte en nombre de Dios, Nuestro Señor, si no vas al cementerio a devolver eso.
Ya ve doña Manuelita, lo que le pasa por variar sus costumbres. Esa procesión que Ud. vio pasar es la procesión de las ánimas benditas, que salen todos lo lunes, a las doce de la noche y mientras no devuelva esos huesos las ánimas le estarán inquietando siempre y no podrá vivir o morir tranquila. Levántese como pueda y vaya al cementerio a enterrarlas y que Dios le dé fuerzas.
Gran revuelo causó eso entre el vecindario y una señora ya muy mayor le aconsejó a la enferma que se hiciera acompañar por dos niñitos, porque eso le ayudaría mucho para conseguir indulgencia. Doña Manuelita hizo todo lo que le aconsejaron y como en realidad ella era una buena mujer, no faltaron personas caritativas que le acompañaron en su triste misión al camposanto.
Y dicen algunos, que estuvieron presentes a la hora de enterrar los despojos que cuando echaba el último puñado de arena se escuchó una voz de ultratumba perdonándola.

la carreta sin bueyes

LA CARRETA SIN BUEYES
Vivía en un caserío del antiguo San José, pueblo de carretas, gente sencilla y creyencera; una bruja quien estaba enamorada del más gallardo de los muchachos del pueblo.
El muchacho por su gran apego a su fe cristiana no quería tener nada con ella pero la bruja valiéndose de artificios, lo logró conquistar y así vivir con él mucho tiempo, convirtiéndolo en un ser similar a ella.
Como se puede notar nadie estaba de acuerdo con esta unión, mucho menos el cura del pueblo el cual en sus prédicas denunciaba el hecho, al pasar de los años aquel muchacho, ya mayor, tuvo una enfermedad incurable y pidió a la bruja que si se moría, le dieran los santos oficios en el templo del lugar.
Al solicitarle al sacerdote la última petición de su amado la bruja recibió la negativa debido al pecado arrastrado en su vida.
La bruja dijo por las buenas o por las malas y al morir su hombre, "enyugó" los bueyes a la carreta y puso la caja con el cuerpo muerto, cogió su escoba, su machete y se encaminó al templo.
Los bueyes iban con gran rapidez pero al llegar a la puerta, el sacerdote les dijo "en el nombre de Dios paren", los animales hicieron caso, más no la bruja la cual blasfemaba contra lo sagrado.
El sacerdote perdonó a los bueyes por haber hecho caso y la bruja, la carreta y el muerto todavía vagan por el mundo, y algunas noches se oyen las ruedas de la carreta pasando por las calles de los pueblos arrastrada por la mano peluda del mismito diablo.

viernes, 16 de septiembre de 2011

colgantes y amuletos mito

Es frecuente que prendidos a la ropa, en los dedos o en la mano (más frecuente en etnia gitana o inmigrantes sudamericanos) o en las sabanillas de la cuna o moisés les pongan algún objeto de color rojo, colgante en forma de mano, o de otro tipo, con la creencia de que ahuyentan espíritus maléficos. En la tradición cristiana es habitual ponerle al niño los escapularios con imágenes de la Virgen o de Santos, o con alguna reliquia (flor, piedrecita) que ha sido bendecida en algún lugar de peregrinación o santuario.

quitar el hipo

Es tradicional que a los recién nacidos y lactantes que tienen meteorismo y presentan hipo por irritación del diafragma, les pongan las madres un hilo mojado pegado sobre la región central de la frente del niño




JOSE DANIEL BUSTANTE GARCIA

DOÑA BEATRIZ

Vivía en la ciudad de México una hermosa joven, doña Beatriz, de tan extraordinaria belleza, que era imposible verla sin quedar rendido a sus encantos.
Contábanse entre sus muchos admiradores la mayor parte de la nobleza mexicana, y los más ricos potentados de Nueva España; pero el corazón de la bella latía frío e indiferente ante los requerimientos y asiduidades amorosas de sus tenaces amantes. Y así pasaba el tiempo; pero, como todo tiene un término en la vida, llegó el momento en que el helado corazón de doña Beatriz se incendió en amores.
Ello fue en un fastuoso baile que daba la embajada de Italia.
Allí conoció doña Beatriz a un joven italiano, don Martín Scípoli, de esclarecida y noble estirpe. La indiferencia de doña Beatriz fundióse entonces como la nieve bajo la caricia de los rayos solares, y sintióse la hermosa poseída de un nuevo sentimiento, en tanto que el joven, por su parte, se había también enamorado profundamente.
Poco tiempo después, don Martín se mostró excesivamente celoso de todos los demás adoradores de la hermosa doña Beatriz, promoviendo continuas reyertas y desafiándose con aquellos que él suponía que pretendían arrebatarle sus amores. Y tan frecuentes eran estas querellas, que doña Beatriz estaba afligida, y en su corazón comenzó a arraigar el temor de que don Martín sólo se había enamorado de su hermosura, de modo que, cuando ésta se marchitara, moriría, indefectiblemente el gran amor que ahora le profesaba.
Esta preocupación embargó su mente y amargó su vida en forma tal, que decidió tomar una resolución terrible, para poner a prueba el amor de su galán. Y al efecto, en el deseo de saber si don Martín la quería sólo por su belleza, un día en que su padre se hallaba de viaje, con un pretexto despidió a todos sus criados para quedar sola en su casa.
Encendió el brasero que tenía en su habitación, colocó enfrente la imagen de santa Lucía y ante ella rezó fervorosamente para pedirle le concediera fuerza y valor con que poner por obra su propósito. Después, atándose ante los ojos un pañuelo mojado, se inclinó sobre el brasero, y soplando avivó el fuego hasta que las llamas rozaron sus mejillas. Luego metió su hermosa cara entre las ascuas.
Terminada esta terrible operación, cubrió su rostro con un tenue velo blanco y mandó llamar a don Martín. Una vez en su presencia, apartó lentamente el velo que le cubría el rostro desfigurado por el fuego y se lo mostró al galán; solamente brillaban en todo su esplendor sus hermosos ojos relucientes como las estrellas. Por un momento su amante quedó horrorizado contemplándola. Luego la estrechó en sus brazos amorosamente. La prueba había dado un resultado feliz, y durante todos los años de su dichoso matrimonio, doña Beatriz no volvió a sentir el temor de que don Martín sólo la amara por su hermosura.
JOSE DANIEL  BUSTAMNATE  GARCIA

LEYENDA DE LOS REYES MAGOS

Cuenta la leyenda que para poder realizar la labor de entregar juguetes a los más pequeños, los Reyes Magos cuentan con la ayuda de unos pequeños duendes que van informando a sus jefes del comportamiento de los niños. La costumbre exige que los pequeños depositen sus zapatos limpios en el balcón la noche del 5 de enero y, junto a ellos, agua, alguna pieza de fruta y un poco de yerba para aliviar el esfuerzo de los Magos y los dromedarios reales. La leyenda cuenta que dos amiguitos del Niño Jesús, viéndole pobre y descalzo, decidieron cederle sus zapatos, por lo que los lavaron y dejaron en el balcón para secar. A la mañana siguiente, cuál no sería su sorpresa al encontrárselos llenos de regalos que habían dejado los Reyes Magos premiándoles así por su bondad.
JOSE DANIEL  BUSTAMNATE  GARCIA

miércoles, 14 de septiembre de 2011

LA MEDUSA

Medusa era parte de las gorgonas pero la única mortal y a comparacion de sus hermanas ella era muy hermosa.
Poseidon al ver se enamoro de ella y la sedujo o violo (en otras versiones) en un templo de Atena. Como ambos dioses eran rivales. Cuando Atena descubrió lo que paso en su templo decidió castigar a Medusa. La transformo de manera que fuera igual a sus dos hermanas Esteno y Euríale que eran despiadados monstruos de manos metálicas, colmillos afilados y cabellera de serpientes venenosas vivas y, si miraban directamente a alguien a los ojos, al momento le dejaban petrificado. Fue desterrada a las tierras hiperbóreas.
Medusa quedo embarazada de Poseidon y al percatarse de esto Atenea le ordeno a Perseo que la asesinara y el la decapito con la ayuda de Atena y Hermes, de la sangre que cayó al suelo o en otras versiones que dicen, que fue de su cabello broto su descendencia, el caballo alado Pegaso y el gigante Crisaor. Perseo usó la cabeza de Medusa para rescatar a Andrómeda, matar a Polidectes y, en algunas versiones, petrificar al titán Atlas. Después se la ofreció a Atenea, quien la colocó en su escudo
VIVIAN ROMERO OJEDA

el jinete sin cabeza

Se dice que en un pueblo muy aislado de toda civilización se contaba la historia de un jinete que acostumbraba a hacer su recorrido por las noches en un caballo muy hermoso, la gente muy extrañada se preguntaba ¿que hombre tan raro por que hace eso?, ya que no era muy usual que alguien saliera y menos por las noches, a hacer esos recorridos.

En una noche muy oscura y con fuertes relámpagos desapareció del lugar, sin dar señas de su desaparición. Pasaron los años y la gente ya se había olvidado de esa persona, y fue en una noche igual a la que desaparecio, que se escuchó nuevamente la cabalgata de aquel caballo. Por la curiosidad muchas personas se asomaron, y vieron un jinete cabalgar por las calles, fue cuando un relámpago cayó e iluminó al jinete y lo que vieron fue que ese jinete no tenia cabeza. La gente horrorizada se metió a sus casas y no se explicaban lo que habían visto...
                                                                            Vivian romero ojeda

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MITO: COLGANTES Y AMULETOS

Es frecuente que prendidos a la ropa, en los dedos o en la mano (más frecuente en etnia gitano o inmigrantes y sudamericanos) o en la sabanilla de la cuna o moisés les pongan algún objeto
de color rojo, colgante en forma de mano, o de otro tipo con la creencia de que ahuyentan espíritus
maléficos .
En la tradición cristiana es habitual ponerle al niño los escapularios con la imagen de la virgen
o de santos, o con alguna reliquia( flor , piedrecita) que ha  sido bendecida en algún lugar de peregrinación o santuario.

martes, 13 de septiembre de 2011

MITO: EL KRAKEN

El Kraken es una criatura marina de la mitología escandinava y finlandesa descrita comúnmente como un tipo de pulpo o calamar gigante que, emergiendo de las profundidades, atacaba barcos y devoraba a los marinos. La leyenda puede realmente haberse originado de avistamientos de calamares gigantes reales que tendrían estimadamente de 13 a 15 metros de largo, incluyendo los tentáculos.

MITO: Perseo

Perseo era hijo de una mujer mortal, Dánae, y del gran dios Zeus, el rey de cielo. El padre de Dánae, el rey Acrisio, había sabido por un oráculo que algún día su nieto lo mataría y, aterrorizado, apresó a su hija y expulsó a todos sus pretendientes. Pero Zeus era un dios y quería a su hija Dánae. Entró en la prisión disfrazado de aguacero de lluvia de oro, y el resultado de su unión fue Perseo. Al descubrir Acrisio que, a pesar de sus precauciones, tenía un nieto, metió a Dánae y a su hijo en un arcón de madera y lo arrojó al mar, esperando que se ahogaran.

Pero Zeus envió vientos suaves para que empujaran a madre e hijo a través del mar hasta la orilla. El arcón llegó a tierra en una isla donde lo encontró un pescador. El rey que gobernaba en la isla recibió a Dánae y a Perseo y les ofreció refugio. Perseo creció allí fuerte y valiente, y cuando su madre se sintió incómoda por las insinuaciones que no deseaba del rey, el joven aceptó el desafío que lanzó este molesto pretendiente. El desafío consistía en traerle la cabeza de la Medusa Gorgona.

Perseo no aceptó esta peligrosa misión porque deseara adquirir gloria personal, sino porque amaba a su madre y estaba dispuesto a arries­gar su vida para protegerla

LEYENDA: La virgen de la soledad

En el año de 1675, existía un añoso cedro cerca de la cárcel publica. Al ser derribado, el tronco del árbol fue trasladado a la iglesia de la Villa, con el objeto de tallar unas imágenes de santos.


De esta manera, pronto llegaron unos artesanos de Guatemala, según cuenta la tradición, quienes solicitaron al sacerdote D. Juan Ortega de la Pava, se les comisionara el trabajo para tallar las figuras.


En efecto, fueron contratados, solicitando los artesanos, que no fueran molestados en su trabajo por ninguna causa. Se les entrego un adelanto monetario y se encerraron en su trabajo.


Luego de unos días y temiendo que los artesanos se hubiesen escapado con el dinero, el sacerdote ordeno entrar al cuarto donde se realizaba el trabajo, siendo su sorpresa que los alimentos que se les habían pasado a los artistas, se encontraban intactos, así como el dinero que como anticipo se les había entregado. Pero mayor fue su sorpresa al notar unas mantas que cubrían unos bultos, al quitar estas, descubrieron las imágenes de San José, El Corazón de Jesús, así como la imagen de Nuestra Señora de la Soledad.


El padre Valerio, cronista de la época nos señala que:


..."dicen que los artífices consumada ya su obra, sin esperar la remuneración de su trabajo, se desaparecieron de la villa llenando su intempestiva fuga de admiraciones a la villa"...


Efectivamente el tiempo se encargo de atribuir a las manos de los propios ángeles enviados del cielo la creación de la Virgen de la Soledad.


Mucho se ha hablado de los milagros que han realizado gracias a la intervención de esta imagen de la Virgen.


Durante la Guerra de Independencia, se dice que fue ella quien durante la noche apago una vela que estaba encendida en un barril de pólvora, que por descuido y en estado de ebriedad, un oficial insurgente, la había dejado, sin medir las posibles consecuencias. Se dice que la Virgen se presento ante el resguardo y le solicito permiso para hablar con el oficial dormido, aludiendo que ella era la madre. En tanto esto sucedía, el oficial dormido soñaba con lo descrito. Fue tanta su admiración al enterarse que era cierto lo que había soñado.

LEYENDA: El Jinete Sin Cabeza

Un señor ya viejo que se llamaba Carmelo tenía una parcela en el Valle de Mexicali, donde sembraba, según la temporada, algodón o trigo; la cuidaba mucho y tenía la costumbre de regarla en la madrugada, porque a esa hora las matas aprovechaban más el agua. Un día como a eso de las cuatro de la mañana, escuchó muy cerca el trote de un caballo. Se le hizo extraño que alguien anduviera por ahí pero, con todo y eso, dijo con amabilidad:

—¡Buenos días!



muy temprano el señor salió acompañado del Canelo y cuando subió a su troca se dio cuenta de que había olvidado su lonche. Al regresar a su casa, un caballo desbocado que corría sin freno hizo que se detuviera en seco, pues el animal andaba sin tocar el piso y se dirigía justo hacia él; casi lo tenía encima ¡cuando desapareció!
El señor tragó saliva y no se movió durante un buen rato. Todavía tembloroso, entró a su casa, donde se quedó dormido; a mediodía su señora lo despertó:
—Carmelo, levántate a comer, ¿qué tienes? Estás pálido.
—Es que me pasó una cosa bien fea y ya no pude ir a la parcela —dijo el señor y le contó lo del caballo aparecido.
Al escuchar a su marido, la señora se persignó porque le dio mucho miedo y al ver que Carmelo se dirigía hacia afuera le dijo:
—¡No vayas a la milpa, te puede suceder algo malo!
El señor no le hizo caso; se subió a la troca y se fue. Al llegar, dio unos pasos y se paró bajo un árbol frondoso. Subían a lo lejos los últimos rayos del sol, cuando a su espalda escuchó las pisadas de un animal que se acercaba. Al voltear, descubrió a un enorme caballo blanco frente a él; lo montaba un jinete vestido de charro, quien dejó al viejo quieto del miedo, pues su cuerpo terminaba en los hombros: ¡no tenía cabeza!
—¿Quién eres? —preguntó armándose de valor— ¿para qué me quieres?



No hubo respuesta. Carmelo empezó a sudar, quería moverse y no podía; ver al jinete sin cabeza lo había paralizado. Entre las ramas del árbol sólo se oía el sonido del viento. En eso, se escuchó una voz que venía de quién sabe dónde, parecía que salía de la tierra porque era hueca y tenebrosa:
—Soy Joaquín Murrieta, de seguro has oído hablar de mí; vengo a confiarte un secreto.
—¿Qué es lo que quieres? —dijo el señor en voz alta.
—Escucha con atención lo que voy a decirte: en esta parcela enterré un magnífico tesoro y quiero dártelo pero con una condición.
—¿Cuál? —preguntó Carmelo.
—Sólo tú puedes desenterrarlo. Nadie, absolutamente nadie más debe hacerlo, porque aquel que lo haga caerá muerto como lluvia del cielo y tú junto con él.
La voz se fue apagando; en un abrir y cerrar de ojos el descabezado desapareció con todo y caballo. El señor se quedó sorprendido, después de un rato se subió a su troca y se dirigió al pueblo. Cuando llegó, era tanta su emoción que a todos los que veía les platicaba su aventura y su buena suerte. Reunió las herramientas que necesitaba y regresó a la parcela, pero no volvió solo, lo acompañaba un grupo de hombres.
A Carmelo no le importó que destruyeran su sembradío, ya que por todos lados hacían hoyos con picos y palas; al cabo de unas horas, uno de ellos gritó que había dado con algo. Se fueron a ese lado del terreno y escarbaron con los rostros llenos de felicidad. Encontraron costales hartos de monedas, cadenas, anillos y otros objetos de oro y plata. Brincaban y gritaban haciendo bulla, pero eso no duró mucho: un jinete sin cabeza en un gran caballo blanco apareció entre ellos.
Carmelo se acordó entonces de la advertencia de Joaquín Murrieta; sin embargo, era demasiado tarde. El jinete sin cabeza dio una orden a su caballo, éste pateó la tierra y el tesoro empezó a hundirse jalando a todos los que estaban ahí entre gritos de espanto y desesperación.
Carmelo suplicó que no lo hiciera, que lo castigara a él y no a aquellos inocentes, pero fue inútil: en unos segundos no quedaba nadie, sólo Carmelo y el jinete, que desapareció sin decir nada.
Carmelo regresó a su casa, no dijo nada a su esposa, se sentó en la entrada y no se movió más. Pasaron los días, el viejo no volvió a comer y se fue secando, secando hasta que se murió.
Nadie más supo de lo ocurrido. Se dice que Joaquín Murrieta sigue cabalgando por aquellas tierras buscando a quién darle su tesoro.
D.E.E.

LA MANO DE LA BIUDA

Hace mucho tiempo cerca de las 12 de la noche, la madre de anastasia quien dio a luz a la pequeña, murio.
Pasaron días y la niña se fue haciendo grande con el paso del tiempo le gustaba hacer cosas de adolesente,un día su padre le dijo: anastasia boy al potrero a cuidar alas vacas, tienes que cuidarte sola
ya estas grande y las vacas se estan muriendo debo revisarlas.
Anastasia se quedo en su recamara, su padre no regresaba desde hace 5 días, ella se preguntaba que dondé estaba, hasta que dieron la mala noticia, su padre estava muerto.
Ella se enserro en su recamara y vio como de un árbol colgaba un señor y vio mejor y allí estaba, y entonces ve mejor y ve unos monjes cantando, y fue corriendo y ya no había nada.
Anastasia estaba convecida de que se encontraba en alguna maldición que le había hecho su padre.
Un día anastasia se caso y tubo una hija, a la cual su madre no queria por su fea cara.
el padre de la pequeña murio y anastasia también.Esto dejo a la pequeña sola.
SE DICE QUE CUANDO LA NIÑA SE METIA EN COBIJOS UNA MANO LA AGARRABA Y TRATAVA DE LLEVARLA AL INFIERNO
ella sentia como el calor la invadia, un calor inmenso en sus pies y que se quemaban ó tornaban negros.

EL CUADRO DEL PAYASO

Una familia se mudo a una casa enorme.
Cuando entraron había un cuadro de un payaso con la palma de la mano abierta, era muy bonito así que decidieron dejarlo. Cuando llegó la noche todos se acostaron.  
 A la mañana siguiente el padre de la familia murió. Nadie se dio cuenta de el payaso, pero en su mano había bajado un dedo.
 A los pocos días murió la madre y el payaso bajo otro dedo.
Así fue haciéndolo hasta que ya tenía todos los dedos bajados menos el meñique. Aquella noche la casa se quemó y los bomberos fueron a apagarla, pero lo único que pudieron salvar fue el cuadro del payaso.

Después de pasar 10 años reformaron la casa y otra familia se mudó a vivir allí.
Cuando entraron vieron el cuadro de el mismo payaso con la palma de su mano      ABIERTA ...   

el mito del MINOTAURO

Oculto en lo más profundo del Laberinto de Creta, que había construido el sabio Dédalo, para el Rey Minos, habitaba el monstruoso Minotauro, con su cuerpo humano deformado horriblemente por una cabeza de toro (esta criatura era el fruto de una maldición del dios Poseidón, sobre la esposa de Minos, la reina Pasifae que se había enamorado de un brioso toro). Periódicamente se llevaban grupos de jóvenes para ser internados en el Laberinto, y así el Minotauro pudiese saciar sus instintos bestiales, su hambre voraz. En cierta ocasión el joven Teseo iba oculto en uno de esos grupos. Este famoso héroe estaba decidido a acabar con el horrendo monstruo homicida, para salvar a la gente de Creta y así ganar más celebridad y fortuna. La misión era muy peligrosa, pero la doncella Ariadna, que era hermosa y algo hechicera, se prendó de la gallardía de Teseo, por lo cual le facilito un ovillo de hilo, a fin de poder escapar del intrincado y mortal edificio. Y así sucedió: cuando se descubrió Teseo, en el centro del Laberinto, enfrentó al Minotauro espada en mano y le quitó la vida. Luego retornó a la salida y a los brazos apasionados de Ariadna. Y aunque posteriormente Teseo cruel la abandonó en la Isla de Nassos, el apasionado Diónisos, deidad del júbilo y del éxtasis, tomó a Ariadna por esposa y le obsequió la inmortalidad




                                                                                                     LUIS ANGEL GUZMAN CRUZ

leyenda de EL QUINTO SOL

La leyenda del Quinto Sol es una historia de origen náhuatl, descrita a los españoles que arribaron al Nuevo Mundo y que expone la creación del mundo que actualmente habitamos.

Cuatro eras o soles habían existido anteriormente. Sin embargo, grandes catástrofes acabaron con todo aquello que existía, quedando solamente oscuridad. Los dioses acordaron reunirse en un lugar sagrado para volver a crear el mundo y darle otra oportunidad al ser humano; y decidieron hacerlo en Teotihuacan. Encendieron un gran fuego y comenzaron a deliberar sobre quién debería ser sacrificado para convertirse en el Sol que daría vida a la nueva creación.

-¿Quién tomará el cargo de alumbrar al mundo?, se preguntaban los dioses.
-“Yo lo haré”, el noble Tecuciztécatl adelanto a decir.
-¿Quién será otro?, replicaron los dioses.

Ante el silencio, todos decidieron que lo hiciera el humilde Nanahuatzin, quién rápidamente aceptó la responsabilidad. Se les construyeron dos grandes pirámides para que ayunaran e hicieran penitencia por cuatro días.

Tecuciztécatl realizó ofrendas maravillosas como plumas de quetzal y espinas de piedras preciosas. Por su parte, Nanahuatzin hacía ofrendas muy sencillas, como atados de cañas, bolas de heno y espinas de maguey con las que ofrendaba su propia sangre.

A la media noche todos los dioses se colocaron alrededor del fuego llamado teotexcalli. Instaron a Tecuciztécatl a entrar en él, pero éste, al ver la intensidad del fuego y sentir su calor emanado, tuvo miedo, dando un paso hacia atrás. Cuatro veces intentó lanzarse al fuego, pero en todas ellas lo detuvo el miedo. Los dioses instaron entonces a Nanahuatzin, quien sin pensarlo, cerró los ojos y se lanzó decididamente al fuego.

Tecuciztécatl, al verlo, se lanzó detrás de él. Poco tiempo después, un sol aparecería, eliminando las sombras de la tierra. Sin embargo, algo no marchaba bien. Detrás del Sol apareció la Luna, iluminando de igual forma el firmamento, produciendo un gran destello de luz.

Al ver esto, un sacerdote tomó un conejo y se lo lanzó a la Luna, dando en el rostro de Tecuciztécatl, apagando su resplandor y solo permitiéndole ser visto por las noches. Si bien desconocemos si los teotihuacanos conocían esta historia, ésta debió ser contada durante muchas generaciones en todo el México prehispánico.


























A la media noche todos los dioses se colocaron alrededor del fuego llamado teotexcalli. Instaron a Tecuciztécatl a entrar en él, pero éste, al ver la intensidad del fuego y sentir su calor emanado, tuvo miedo, dando un paso hacia atrás. Cuatro veces intentó lanzarse al fuego, pero en todas ellas lo detuvo el miedo. Los dioses instaron entonces a Nanahuatzin, quien sin pensarlo, cerró los ojos y se lanzó decididamente al fuego.

Tecuciztécatl, al verlo, se lanzó detrás de él. Poco tiempo después, un sol aparecería, eliminando las sombras de la tierra. Sin embargo, algo no marchaba bien. Detrás del Sol apareció la Luna, iluminando de igual forma el firmamento, produciendo un gran destello de luz.

Al ver esto, un sacerdote tomó un conejo y se lo lanzó a la Luna, dando en el rostro de Tecuciztécatl, apagando su resplandor y solo permitiéndole ser visto por las noches. Si bien desconocemos si los teotihuacanos conocían esta historia, ésta debió ser contada durante muchas generaciones en todo el México prehispánico.

  
    

                                                                                              LUIS ANGEL GUZMAN CRUZ






EL MITO DE POSEIDON

Poseidón (Neptuno en la mitología romana) es el dios griego del mar. A menudo se le representaPoseidón, en la mitología griega, dios del mar, hijo del titán Cronos y la titánide Rea, y hermano de Zeus y Hades. Poseidón era marido de Anfitrite, una de las nereidas, con quien tuvo un hijo, Tritón. Poseidón, sin embargo, tuvo otros numerosos amores, especialmente con ninfas de los manantiales y las fuentes, y fue padre de varios hijos famosos por su salvajismo y crueldad, entre ellos el gigante Orión y el cíclope Polifemo. Poseidón y la gorgona Medusa fueron los padres de Pegaso, el famoso caballo alado.


 Poseidón desempeña un papel importante en numerosos mitos y leyendas griegos. Disputó sin éxito con Atenea, diosa de la sabiduría, por el control de Atenas. Cuando Apolo, dios del sol, y él decidieron ayudar a Laomedonte, rey de Troya, a construir la muralla de la ciudad, éste se negó a pagarles el salario convenido. La venganza de Poseidón contra Troya no tuvo límites. Envió un terrible monstruo marino a que devastara la tierra y, durante la guerra de Troya, se puso de lado de los griegos.
 El arte representa a Poseidón como una figura barbada y majestuosa que sostiene un tridente y a menudo aparece acompañado por un delfín, o bien montado en un carro tirado por briosos seres marinos. Cada dos años, los Juegos Ístmicos, en los que había carreras de caballos y de carros, se celebraban en su honor en Corinto. Los romanos identificaban a Poseidón con su dios del mar, Neptuno.


Asela Garcia Ramirez

MITOLOGIA EUROPEA

De acuerdo a la mitología griega, Europa era hija de Agenor.
Era princesa fenicia raptada por Zeus en forma de toro blanco. Sobre su lomo trasladó a la joven, Europa, hasta Creta.
Zeus tuvo con Europa a su hijo, el rey Minos.
El nombre de Europa pasó de asociarse con la denominación de la isla de Creta, a nombrar a toda la tierra al norte del Mediterráneo

Asela Garcia Ramirez

LEYENDA DEL ESCUDO DE ARMAS

Existe una leyenda referente al Escudo de Armas, el Doctor Regino F. Ramón escribió una historia sobre el estado de Coahuila que nunca se público pero que otro a su vez al leerla, transcribe un documento que se encontró en el Archivo de la Nación y que en la parte que interesa dice lo siguiente: que Urdinola, desde Saltillo mandó por el rumbo del oriente a Don Diego de Montemayor, quien emprendió la marcha el 22 de Agosto de 1555, hasta que llegó a una gran planicie donde corría un hermoso riachuelo a cuyas márgenes estaban acampadas numerosas tribus indígenas, seguramente eran lo ojos de agua de Santa Lucía, estos indios medios domesticados no eran belicosos. Al salir el sol practicaban una curiosa ceremonia, se formaban todos dando frente al oriente y al aparecer el astro del día por entre los picachos del cerro de la Silla, le disparaban sus flechas, no de una manera hostil, sino con cierta humildad y reverencia que indicaba ser un acto de homenaje y veneración.

Don Diego de Montemayor quedó tan impresionado que muchos años después, que fundó en ese propio lugar de la ciudad de Monterrey, pidió y le fue concedido por el virrey, que el emblema de la ciudad metropolitana fuera un sol sobre el cerro de la Silla, al que disparaba un indio sus flechas.

Sin embargo y haciendo caso omiso de lo anterior, lo que si puede asegurarse sin lugar a dudas, es que el escudo data de mediados del siglo XVII, pues en la carta que envío el Gobernador de Nuevo Reino de León. Don Nicolás de Azcárraga a la reina Doña Maríana de Austria el 29 de Septiembre de 1667 y en la siguiente de fecha 5 de Abril de 1669, le decía textualmente que la ciudad necesitaba de privilegio de armas y que se cediesen según el escudo que hubiese acostumbrado, lo que confirma que el blasón ya existía para entonces
Asela Garcia Ramirez

MITO: LA MITOLOGIA GRIEGA


La mitología griega está formada por un conjunto de leyendas que provienen de la religión de esta antigua civilización del Mediterráneo oriental. Los griegos, aunque no practicasen la religión, conocían estas historias, las cuales formaban parte de su acervo cultural.
Los dioses del panteón griego adoptaban figuras humanas y personificaban las fuerzas del Universo; al igual que los hombres, los dioses helenos eran impredecibles, por eso unas veces tenían un estricto sentido de la justicia y otras eran crueles y vengativos; su favor se alcanzaba por medio de los sacrificios y de piedad, pero estos procedimientos no eran siempre efectivos puesto que los dioses eran muy volubles.
La mitología griega es absolutamente compleja, llena de dioses, monstruos, guerras y dioses entrometidos. Algunos estudiosos afirman que llegó a haber hasta 30.000 divinidades en total.
Esta mitología comparte una estrecha similitud con la mitología romana, en cuanto a los nombres de varios dioses y personajes de importancia. También se relacionan en cuanto a la parte mitológica de la religión; creencias, tradiciones y todo lo ligado o referente a Mitología.

Carlos Yair Remigio Garcia

La curva de diablo

La carretera que comunica a la ciudad de Orizaba con Zongolica y que durante mucho tiempo fuera un primitivo camino de terracería, sigue conservando las características que lo hicieran famosos por su peligrosidad.La belleza agreste de la montaña envuelta en neblina, lo angosto del camino lleno de curvas, los impresionantes precipicios que dan la sensación al viajero de que un descuido puede ser el último, son los que han ocasionado que sean conocidos como uno de los tramos más peligrosos de las carreteras del país.Por razón natural ese tramo ha sido escenario de terribles y espectaculares accidentes, desde la época en que la gente subía solo con animales de carga hasta la actualidad en que numerosos vehículos de motor circulan por él. Mucha ha sido la gente que ha perdido la vida en esos accidentes, lo que ha dado pie ha historias y leyendas acerca de eso, como en la que en esta ocasión relatamos.Hace algunos meses un camión repartidor de refrescos se dirigía a la población de Zongolica para hacer su entrega del producto, había sido un día particularmente alterado por lo que se les hizo tarde para subir, eran días de invierno en que oscurece más temprano y la espesa neblina dificultaba la visibilidad, por lo que el camión subía lentamente, de pronto, se dieron cuenta de que un camión de carga venía detrás de ellos haciéndoles señas para que se detuvieran, lo que hicieron después de unos minutos, inmediatamente bajaron, los tripulantes del otro camión pidiéndoles en tono de humildad que les permitieran ir detrás de ellos para que les sirvieran como guía, ya que las luce de su camión no servían y era muy difícil ver a esa hora y con ese clima, lo que fue aceptado inmediatamente por los del camión refresquero.Así los dos vehículos emprendieron su camino, siempre delante el del refresco y atrás el de cargo, hasta llegar a una tristemente célebre curva conocida como “La Curva del Diablo”, por los numerosos accidentes que ahí han tenido lugar, en la mencionada curva la carretera hace una especie de columpio, por lo que en ese lugar el conductor del camión repartidor aminoro la velocidad fijándose en el que los seguía hiciera lo propio, pero al llegar al mencionado columpio, desapareció, por lo que se detuvieron y bajaron del vehículo para ver que había pasado con el otro camión sin que lograrán encontrar el menor rastro de él.Luego de unos cinco minutos continuaron su camino, comentando lo que habían visto y que si no solo sería producto de su imaginación, comunicando el conductor a su ayudante que desde que habían hablado con los otros hombres, habían empezado a sentir una nausea que se fue haciendo más fuerte a cada momento, hasta que un poco antes de llegar a su destino tuvo que vomitar.Cuando al fin llegaron a Zongolica y le platicaron a Don Goyo, el dueño de la tienda lo que les había sucedido, este les contesto que no era nada raro, ya que hacía mucho tiempo, ese vehículo que vieron había tenido un accidente en la curva del diablo, del que no se salvó nadie de los que iban en el, y que desde entonces se les aparecía ocasionalmente a quienes transitaban por ahí, sobre todo a la hora en que había sido el accidente y cuando las condiciones climatológicas eran similares.
Highlander Emmanuel Fuentes Beltrán.

MITO: LA MUJER LACTEA

Dicen que cuando una mujer está amamantando al pecho a un lactante, las serpientes o culebras, reptiles habituales en las rastrojeras y masas arbóreas de estas tierras, pueden llegar a succionar el pezón del seno de la madre, porque les atrae.

Carlos Yair Remigio Garcia

LEYENDA: EL PALOMO

Había una vez un guerrero valiente y apuesto. Amaba la caza y así, con frecuencia, iba por los bosques persiguiendo animales. En una de sus cacerías llegó junto a un lago y, lleno de asombro, contempló a una mujer bellísima que bogaba en una canoa.

El guerrero quedó tan enamorado que, muchas veces, volvió al lugar con el ánimo de verla; pero fue inútil, pues, ante sus ojos, sólo brillaron las aguas del lago. Entonces pidió consejo a una hechicera, la cual le dijo:

—No la verás nunca más, a menos que aceptes convertirte en palomo.
—¡Sólo quiero verla otra vez!
—Si te vuelves palomo jamás recuperarás tu forma humana.
—¡Sólo quiero volverla a ver!
—Si así lo deseas, hágase tu voluntad.

Y la hechicera le clavó en el cuello una espina y en el acto el joven se convirtió en palomo. Este levantó el vuelo y fue al lago y se posó en una rama y al poco rato vio a la mujer y, sin poderse contener, se echó a sus pies y le hizo mil arrumacos.

Entonces la mujer lo tomó entre sus manos y, al acariciarlo, le quitó la espina que tenía clavada en el cuello. ¡Nunca lo hubiera hecho, pues el palomo inclinó la cabeza y cayó muerto! Al ver esto, la mujer, desesperada, se hundió en el cuello la misma espina y se convirtió en paloma. Y desde aquel día llora la muerte de su palomo.
Carlos Yair Remigio García

El niño de mula

En el año 1648, según cuenta la leyenda, se le apareció Dios Niño a un pastor que estaba en ese momento con su ganado en un pequeño monte, en  el paraje muleño de El Balate. Este pastor se llamaba Pedro Botía.
Posteriormente ingresó en la orden franciscana, tomando los hábitos en el convento de Orihuela. En un viaje a los  Santos Lugares, Jerusalem e Italia, se le volvió a aparecer Dios Niño en Asís, quien le indicó que volviese a España. Durante el viaje de regreso conoció al Conde de Lemus, éste le introdujo en la Corte madrileña, así conoció al hermano del rey Carlos II, D. Juan José de Austria, y llegó a ser su consejero.
Durante los años que permaneció al servicio de ese príncipe, logró la construcción del Real Monasterio de la Encarnación en su villa natal, habitado hasta hoy por religiosas de la orden de Santa Clara de Asís. Comenzaron los cultos al Niño en la ermita levantada próxima al lugar de la aparición, que no corresponde a la que ahora se visita, la actual fue edificada a finales del siglo XVIII en estilo Barroco murciano. 
La devoción de El Niño comenzó a extenderse por la Región, en especial por los pueblos del valle del Segura. Desde entonces es esta devoción una referencia muy significativa de las tierras murcianas.

Dioses de la muerte

El reino de los muertos o inframundo, conocido comúnmente como Mictlan, era gobernado por el Señor del Inframundo, Mictlantecuhtli, y por la esposa de este, Mictecacihuatl, los Infiernos, el Chignauhmictlan. Pero aparte de estas deidades, existían otros dioses y diosas que poblaban las regiones del Mictlan y que casi

siempre encontramos por parejas. Una de ellas es Ixpuzteque, El que tiene el pie rotoy su esposa Micapetlacalli, Caja de muerto. Por último conocemos el nombre de Tzontemoc, El que cayo de cabeza, y su esposa es Chalmecacihuatl, La sacrificadora .

Mictlantecuhtli y Mictecacihuatl eran la pareja más importante de las regiones del inframundo y habitan la más profunda de ellas, a donde llegan los hombres a descansar, no sin antes entregar a las deidades presentes valiosos.

Mictlantecuhtli aparece con el cuerpo cubierto de huesos humanos y un cráneo a manera de mascara, con los cabellos negros, encrespados y decorados con ojos estelares, puesto que habita en la región de la oscuridad completa. Adornan su cabeza una rosetas de papel de las que salen conos, uno sobre la frente y otro en la nuca. Sus animales asociados son el murciélago, la araña y el búho (tecolotl).