martes, 13 de septiembre de 2011

LEYENDA: El Jinete Sin Cabeza

Un señor ya viejo que se llamaba Carmelo tenía una parcela en el Valle de Mexicali, donde sembraba, según la temporada, algodón o trigo; la cuidaba mucho y tenía la costumbre de regarla en la madrugada, porque a esa hora las matas aprovechaban más el agua. Un día como a eso de las cuatro de la mañana, escuchó muy cerca el trote de un caballo. Se le hizo extraño que alguien anduviera por ahí pero, con todo y eso, dijo con amabilidad:

—¡Buenos días!



muy temprano el señor salió acompañado del Canelo y cuando subió a su troca se dio cuenta de que había olvidado su lonche. Al regresar a su casa, un caballo desbocado que corría sin freno hizo que se detuviera en seco, pues el animal andaba sin tocar el piso y se dirigía justo hacia él; casi lo tenía encima ¡cuando desapareció!
El señor tragó saliva y no se movió durante un buen rato. Todavía tembloroso, entró a su casa, donde se quedó dormido; a mediodía su señora lo despertó:
—Carmelo, levántate a comer, ¿qué tienes? Estás pálido.
—Es que me pasó una cosa bien fea y ya no pude ir a la parcela —dijo el señor y le contó lo del caballo aparecido.
Al escuchar a su marido, la señora se persignó porque le dio mucho miedo y al ver que Carmelo se dirigía hacia afuera le dijo:
—¡No vayas a la milpa, te puede suceder algo malo!
El señor no le hizo caso; se subió a la troca y se fue. Al llegar, dio unos pasos y se paró bajo un árbol frondoso. Subían a lo lejos los últimos rayos del sol, cuando a su espalda escuchó las pisadas de un animal que se acercaba. Al voltear, descubrió a un enorme caballo blanco frente a él; lo montaba un jinete vestido de charro, quien dejó al viejo quieto del miedo, pues su cuerpo terminaba en los hombros: ¡no tenía cabeza!
—¿Quién eres? —preguntó armándose de valor— ¿para qué me quieres?



No hubo respuesta. Carmelo empezó a sudar, quería moverse y no podía; ver al jinete sin cabeza lo había paralizado. Entre las ramas del árbol sólo se oía el sonido del viento. En eso, se escuchó una voz que venía de quién sabe dónde, parecía que salía de la tierra porque era hueca y tenebrosa:
—Soy Joaquín Murrieta, de seguro has oído hablar de mí; vengo a confiarte un secreto.
—¿Qué es lo que quieres? —dijo el señor en voz alta.
—Escucha con atención lo que voy a decirte: en esta parcela enterré un magnífico tesoro y quiero dártelo pero con una condición.
—¿Cuál? —preguntó Carmelo.
—Sólo tú puedes desenterrarlo. Nadie, absolutamente nadie más debe hacerlo, porque aquel que lo haga caerá muerto como lluvia del cielo y tú junto con él.
La voz se fue apagando; en un abrir y cerrar de ojos el descabezado desapareció con todo y caballo. El señor se quedó sorprendido, después de un rato se subió a su troca y se dirigió al pueblo. Cuando llegó, era tanta su emoción que a todos los que veía les platicaba su aventura y su buena suerte. Reunió las herramientas que necesitaba y regresó a la parcela, pero no volvió solo, lo acompañaba un grupo de hombres.
A Carmelo no le importó que destruyeran su sembradío, ya que por todos lados hacían hoyos con picos y palas; al cabo de unas horas, uno de ellos gritó que había dado con algo. Se fueron a ese lado del terreno y escarbaron con los rostros llenos de felicidad. Encontraron costales hartos de monedas, cadenas, anillos y otros objetos de oro y plata. Brincaban y gritaban haciendo bulla, pero eso no duró mucho: un jinete sin cabeza en un gran caballo blanco apareció entre ellos.
Carmelo se acordó entonces de la advertencia de Joaquín Murrieta; sin embargo, era demasiado tarde. El jinete sin cabeza dio una orden a su caballo, éste pateó la tierra y el tesoro empezó a hundirse jalando a todos los que estaban ahí entre gritos de espanto y desesperación.
Carmelo suplicó que no lo hiciera, que lo castigara a él y no a aquellos inocentes, pero fue inútil: en unos segundos no quedaba nadie, sólo Carmelo y el jinete, que desapareció sin decir nada.
Carmelo regresó a su casa, no dijo nada a su esposa, se sentó en la entrada y no se movió más. Pasaron los días, el viejo no volvió a comer y se fue secando, secando hasta que se murió.
Nadie más supo de lo ocurrido. Se dice que Joaquín Murrieta sigue cabalgando por aquellas tierras buscando a quién darle su tesoro.
D.E.E.

11 comentarios:

  1. SE TRATA DE QUE UN SEÑOR QUE SE LLAMABA CARMELO LE ENCANTABAN LAS PARCELAS. UN DIA A LAS 4 DE LA MADRUGADA ESCUCHO UN RELINCHE DE UN CABALLO PERO NO SE VEIA NADA. PASARON DIAS Y NADA ENTONCES UN DIA FUE A UN ARBOL FRONDOSO Y AHI SE ENCONTRO CON UN SENOR SIN CABEZA MONTADO EN UN CABALLO BLANCO Y LE DIJO QUE EL TENIA UN TESORO ENTERRADO EN EL ARBOL Y QUE NADIE MAS QUE EL LO PODIA DESENTERRAR SINO EL SE MORIA.

    Y NO LE HIZO CASO Y A TODO MUNDO LE DECIA. UN DIA FUE CON UN GRUPO DE AMIGOS A EL LUGAR Y ENCONTRARON JOYAS, ORO, Y MAS.

    LLEGO EL JINETE Y LE DIJO AL CABALLO QUE LEVANTARA LA PATA Y TODOS SE HUNDIERON.

    DAVID ESPEJO ESPINOSA

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  2. Bueno pues el señor Carmelo tenía una parcela entonces se espantó al ver a un caballo blanco.Entonces se quedo pálido depués se le apareceió el caballo pero con un jinete sin cabez y le dijo que tenía un tesoro enterrado pero que solo él tenía que desenterrarlo pero el no hizo caso y llevó a unos hombres luego el jinete enojado mató a los hombre.
    Carmelo no comió hasta que se murió.
    Highlnader Emmanuel Fuentes Beltrán

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  3. Un señor viejo se llamaba Carmelo tenía una parcela en el Valle de Mexicali, donde sembraba, según la temporada, porque a esa hora las matas aprovechaban más el agua. Un día cuatro de la mañana, escuchó muy cerca el trote de un caballo. Se le hizo extraño que alguien anduviera por ahí pero,bueno algien pasaba mas era un caballo fantasma pasa lanoche y un buen rato paso parte del dia y recordo que que una noche sele aparecio un jinete que no tenia cabeza y le dijo la verdad no se que dijo hasi que no volvio hacer nada nunca mas

    alexsi carrera castaneira

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  4. A si que era un fantasma y encontró una calabaza y se la puso como cabeza y era día de brujas !!aaa que miedo¡¡

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  5. Que miedo, pero eso le pasó a Carmelo por curioso y desobediente. El jinete le advirtió pero el no hizo caso.. ¿Y como termina todo? Pues con mucha gente muerta de una manera muy fea y desaparecida.

    Valeria Vivero Arroyo

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  6. trata del jinete sin cabeza que le iba a dar un tesoro a un señor pero el solo debia desnterrar el tesoro pero no lo hizo solo empezo a excarbar hasta que lo encontratron pero los amigos y estos murieron y despues de un tiempo el señor

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  7. pues el señor carmelo tenia parcelas y un dia se encontro con un hombre sin cabeza y le dijo que desenterrara un tesoro y dijo que no y su caballo alzo una pata y todos se hundieron
    Annayancy Gordillo Castillo

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  8. Era un hombre que tenía unas tierras en una noche escucho el galopeo de un caballa no hiso caso al otro día se iba trabajar pero se regresó por su lonchera vio que un caballa se acercaba asía él estaba tan cerca pero desapareció decidió ir a sus tierras a buscarlo se hacía do noche hasta que sintió que atrás de él estaba alguien voltio y vio al caballa pero lo montaba un jinete que no tenía cabeza el jinete le dijo que en sus tierras había un tesoro escondido y que se lo quería dar pero solo él lo podía desenterrar corrió al pueblo y le conto a cualquiera que veía en su camino cuando consiguió las herramientas regreso con mucha ayuda empezaron a buscar hasta que encontraron varios bultos de dinero apareció el jinete en su caballa le dio una orden el caballo patio la tierra y se abrió un agujeró que se tragaba todo el señor se acordó que solo él lo podía desenterrar quedo el jinete y el hombre llego a su casa se sentó en su puerta y no se movió de hay paso el tiempo el hombre se secó y se murió.

    MARRIELLA CONTRERAS CEFERINO.

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  9. Se trata de un señor llamado Carmelo en la madrugada de todos los días, una madrugada escucho un caballo cabalgar, entonces el le dijo que tenia un tesoro muy grande pero que solo el lo debía desenterrar y si no todos iban a estar muertos y Carmelo contó su aventura a todos, entonces se fueron al terreno y llego el jinete, mato a todos,pero Carmelo llego a su casa el no comía pero poco a poco se fue muriendo.
    María Fernanda Sanabria García

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  10. Se trata de un señor que se llamba camelo y una madrugada escucho a un caballo y se sorprendio a l ver el caballo con un ginete sin cabeza y le dijo que tenia un tesero enterrado y luego el hombre jinete lo mato MARTIN DOMINGUEZ HDEZ

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